En Zhenoghaia la
senda del mercenario no ha sido ni será jamás un camino fácil. La mayoría de
estos seres coinciden en dos aspectos: o sobrevaloran sus propias capacidades o
solo saben hacer aquello para lo que han sido adiestrados.
La mayoría de
mercenarios que recorren estas tierras han sido ex soldados, gente que fue
expulsada del ejército o que lo abandonaron debido a un desencanto con los
principios morales de sus superiores o que simplemente creían que la
retribución económica percibida era indigna por el uso de sus habilidades.
Sean cuales sean
las motivaciones que empujan a alguien a convertirse en un especialista a
sueldo, su vida no va a ser fácil. Los mercenarios no son bien vistos en ningún
lugar del Planeta, son considerados perros sin dueño, seres que se aprovecharon
de una formación y que traicionaron a su patria vendiendo sus servicios al
mejor postor.
Es curioso que
mientras estos son mal vistos por la sociedad, muchos de sus gobiernos
dirigentes los han contratado innumerables ocasiones para ocuparse de aquellos
trabajos en los que no se podía inmiscuir al ejército.
Existen muchos
tipos de mercenarios pero todos ellos tienen ciertos aspectos en común: Son
especialistas técnicos en alguna materia y sus valores se rigen por el monto de
dinero ofrecido.
Aunque parezca
extraño, nadie ha nacido jamás destinado a ser un mercenario. Normalmente esta
clase de vida esta limitada a cierta cantidad de tiempo. No todo el mundo es
capaz de traicionar a sus propios principios indefinidamente, algunos
simplemente sobreviven hasta el momento en que encuentran un lugar donde se
sienten cómodos o bien pagados, otros consiguen encontrar su razón de existir y
otros, simplemente mueren como carnaza.
Un ejemplo de lo
anteriormente dicho lo encontramos en la antigua West Fargo. Hubo un tiempo en
que no todas las razas podían entrar a servir en el ejército, este hecho
implicaba que muchos especialistas se buscaran la vida como mercenarios.
Durante la antigua república, la West Fargo abrió sus puertas a todo aquel
dispuesto a servir a su país consiguiendo que innumerables mercenarios
engrosaran sus filas abandonando la vida del soldado de fortuna.
Al otro lado del
charco, en el nuevo mundo, es conocida una gran entidad llamada Faskan. Faskan
es una agrupación de antiguos legionarios de Linaes que fueron expulsados de
las filas del reino por motivos religiosos. Es bien conocido que estos antiguos
legionarios no tan solo han traicionado sus valores sino que además han
traicionado al reino al aceptar servir a los drakonianos negros y atacar a sus antiguos
protegidos a cambio de cantidades ingentes de riqueza.
Como bien dijo una vez un sabio amigo llamado Gouhat, “- Es tan
mercenario aquel ingeniero que estudió durante años para mejorar el mundo y
terminó traicionando sus principios al construir una gran arma destructiva por
dinero, como el simple soldado que solo ha aprendido a matar y ahora lo hace
por dinero. Todo se resume al valor que se le otorga al dinero y a si se está
dispuesto a traicionar los principios que nos rigen por él.”
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(En voz baja) El
otro día me encontraba cenando con mi hermano, se llama James y es un Patriota…
quería pedirle información de primera mano sobre los mercenarios, algo con lo
que sorprenderos y, al final, fui yo el sorprendido… me explico una reprimenda
que el mando superior de las fuerzas aéreas Patriota, había soltado a unos
novatos que habían menospreciado a un mercenario que pedía alistarse en la
rebelión. El Falcon, un elfo llamado Riley los agarró por el pescuezo y los
reunió alrededor de una fogata… Con voz tranquila y pausada… algo nostálgica,
les dijo:
“Si yo, Riley Lodaram, Falcon de las fuerzas aéreas del
llamado ejército rebelde de los Patriotas, antiguo guardián de la elegida,
protector de Arkann y jinete del Dragón dorado Sinary, tengo derecho a hablar
sobre lo que significa e implica la vida de mercenario es porque antaño, antes
de descubrir cuál era mi función y razón de existir en este mundo, yo también
lo fui…
Yo era un simple teniente de la Unidad de Bípodes de
combate “Centauro III” de Alorf destinados en los Desiertos Eternos. Era un
idealista, alguien que había crecido entre soldados y que solo conocía aquella
vida. De verdad creía en lo que hacía… los bipedistas éramos la primera línea
de defensa frente a las criaturas de los desiertos eternos, éramos la
florinata, la élite entrenada para combatir cualquier mal que perturbara la
antigua república.
En una misión de reconocimiento por el gran cañón de Sloogh
Creek fuimos redirigidos para investigar unas antiguas grutas orcas…
inteligencia nos dijo que una banda de forajidos orcos estaban probando un
dispositivo capaz de controlar Garlaks, la gran bestia del desierto, para
lanzarlos contra aldeas. Nuestra misión era, en caso de encontrar presencia
orca, sanear el territorio. La palabra sanear no era ni más ni menos que
utilizar toda la potencia de fuego disponible para no dejar ni rastro de la
amenaza. Solo sé que desde mi posición pude ver a una familia orca y advertir a
la unidad para que abortasen antes de que el capitán anulara mi sistema de
control y comunicaciones y ordenara el ataque. Incapaz de hacer nada observé
atónito como los misiles de las lanzaderas acopladas al cuerpo del bípode
lanzaban un infierno sobre aquellos orcos indefensos. Puenteé el sistema de
control y me crucé en la línea de fuego pero ya era demasiado tarde… fui
apresado a la espera de consejo de guerra.
No fui condenado pero decidí abandonar el ejército en aquel
mismo momento. Tiempo después descubrí que aquel bastardo que ocupaba el cargo
de capitán en mi antigua unidad tenía un negocio de explotación de las minas de
Sloogh Creek y que los refugiados orcos que buscaban en el cañón su nuevo hogar
perturbaban su negocio. Aquel capitán había usado al ejército para sus propios
fines y se había salido con la suya. ¿Como podía creer ya en una fuerza de
defensa que podía ser manejada a su antojo por un corrupto?.
Mis pasos me llevaron a Penitence, al principio todo fue
bien pero pronto, los pocos ahorros que aun me quedaban se terminaron… El
Whisky, el juego y los espectáculos en el gran Saloon de Penitence habían
nublado mi mente haciendo que ya no quedara prácticamente nada de aquel
orgulloso soldado. Un día un fanfarrón imberbe con más estatus y dinero del que
merecía me encontró durmiendo en el establo del Saloon, era triste decirlo pero
al menos el calor de los caballos me permitía sobrevivir a las frías noches de
invierno. Aquel estúpido reconoció el tatuaje que adornaba mi brazo derecho y
me hizo una oferta que no pude rechazar… por una cama y comida empecé a hacer
trabajitos ilegales para aquel estúpido. Poco a poco, dejé de ser un vagabundo
para convertirme en alguien bien situado y considerado dentro del mundo del
hampa. Hice cosas atroces, el alcohol, el Twizzy y la cantidad de New Dollars
que se abultaban en mis bolsillos me hicieron olvidar cualquier tipo de
principio. Hacia cualquier cosa y trabajaba para quien fuese si pagaban lo
suficiente, tenia caballos, mujeres, las mejores armas y los mejores atuendos
de todo el oeste de Ansalance.
Un día me contrataron para asaltar una diligencia, no era
un forajido pero al ser un mercenario me podían contratar para lo que fuese. Me
encontré con el cliente quien me presentó al grupo de mercenarios con quien
haría el trabajo. Eran dignos de ver, sus sombreros de ala ancha agujereados,
sus armas oxidadas, salva polvos con mugre de años y vestiduras más rasgadas
que las telas del viejo molino de Silver Forest… Sin duda contratar a todo
aquel grupo debía haber costado menos de la mitad que pagar por mis servicios.
Seguimos las indicaciones, atacamos la diligencia y recuperamos el paquete que
se nos había ordenado…, en la diligencia viajaban dos jovencitas, aquellos
mugrientos bastardos las apresaron y trataron de violarlas… viendo sus ojos de
terror algo afloró dentro de mi… ¿Qué estaba haciendo? ¿Qué había sido de aquel
idealista que años atrás quería defender el mundo? Como un rayo mis manos
apartaron las alas de la gabardina empuñando las dos potentes pistolas Eagle
modificadas, no tuvieron tiempo para reaccionar, en un suspiro habían caído
fulminados bajo el rugido atronador de las armas gemelas. Rescaté a las
muchachas, las cargué en la diligencia y sin mediar palabra abandoné el lugar…
Cuando las hube dejado a buen recaudo me convertí en un mercenario itinerante,
alguien a quien poder contratar siempre y cuando estuviera de acuerdo con
el trabajo y quien además se había convertido en un fugitivo para el hampa de
Penitence. Había recobrado una parte de mí.
No fue hasta que conocí a Anja Brown cerca de Blackstone en
New Big Hall cuando encontré mi razón de existir… un fin mayor que me permitió
redimir mis pecados y encontrarme a mí mismo.
He conocido la vida de mercenario, he saboreado sus
virtudes, he sufrido sus penurias pero, si una cosa he descubierto es que todos
y cada uno de nosotros podemos llegar a ser uno de ellos y perdernos por el
camino.
El dinero no lo es todo, pero no es fácil darnos cuenta de
esta gran verdad. Pasamos toda nuestra vida buscando progresar económicamente
para vivir más y mejor pero de lo que no nos damos cuenta es que se trata de
una vida vacía. Muchos tratamos de encontrar nuestra razón de existir y muchos
más pasan de largo su vida sin encontrar esta razón jamás.
Así que jovencitos, cuando un mercenario pida alistarse, no
volváis a menospreciarle jamás. Acogedle y enseñadle porqué luchamos: Somos
patriotas, defendemos la antigua republica de la corrupción del OCCULUM, y
quien sabe si nuestra cruzada se puede convertir en la razón de existir de
aquel pobre mercenario sin rumbo…”
Riley Lodaram
Voy a montar una manifestación que bloqueará las principales vías de entrada a la ciudad y ni todas las fuerzas de Occulum lograrán disolverla hasta que nos deis una fecha de publicación para Zhenoghaia!
ResponderEliminarSelenio.
Buenas Selenio,
ResponderEliminarCreenos cuando te digo que a nadie nos gustaria más que a nosotros mismos que poder anunciaros una fecha en la que Zhenoghaia podrá al fin ver la luz!!! Estamos trabajando en ello y esperamos poder publicar pronto tan esperada notícia.
Puesto que la publicación de Zhenoghaia no depende exclusivamente de nosotros, solo os podemos pedir un poquito de paciencia y aseguraros que hacemos todo lo posible y humanamente necesario para conseguirlo...
Un abrazo y muchísimas gracias por vuestro interés.