martes, 28 de febrero de 2012

Mercenarios

En Zhenoghaia la senda del mercenario no ha sido ni será jamás un camino fácil. La mayoría de estos seres coinciden en dos aspectos: o sobrevaloran sus propias capacidades o solo saben hacer aquello para lo que han sido adiestrados.

La mayoría de mercenarios que recorren estas tierras han sido ex soldados, gente que fue expulsada del ejército o que lo abandonaron debido a un desencanto con los principios morales de sus superiores o que simplemente creían que la retribución económica percibida era indigna por el uso de sus habilidades.

Sean cuales sean las motivaciones que empujan a alguien a convertirse en un especialista a sueldo, su vida no va a ser fácil. Los mercenarios no son bien vistos en ningún lugar del Planeta, son considerados perros sin dueño, seres que se aprovecharon de una formación y que traicionaron a su patria vendiendo sus servicios al mejor postor.

Es curioso que mientras estos son mal vistos por la sociedad, muchos de sus gobiernos dirigentes los han contratado innumerables ocasiones para ocuparse de aquellos trabajos en los que no se podía inmiscuir al ejército.

Existen muchos tipos de mercenarios pero todos ellos tienen ciertos aspectos en común: Son especialistas técnicos en alguna materia y sus valores se rigen por el monto de dinero ofrecido.

Aunque parezca extraño, nadie ha nacido jamás destinado a ser un mercenario. Normalmente esta clase de vida esta limitada a cierta cantidad de tiempo. No todo el mundo es capaz de traicionar a sus propios principios indefinidamente, algunos simplemente sobreviven hasta el momento en que encuentran un lugar donde se sienten cómodos o bien pagados, otros consiguen encontrar su razón de existir y otros, simplemente mueren como carnaza.

Un ejemplo de lo anteriormente dicho lo encontramos en la antigua West Fargo. Hubo un tiempo en que no todas las razas podían entrar a servir en el ejército, este hecho implicaba que muchos especialistas se buscaran la vida como mercenarios. Durante la antigua república, la West Fargo abrió sus puertas a todo aquel dispuesto a servir a su país consiguiendo que innumerables mercenarios engrosaran sus filas abandonando la vida del soldado de fortuna.

Al otro lado del charco, en el nuevo mundo, es conocida una gran entidad llamada Faskan. Faskan es una agrupación de antiguos legionarios de Linaes que fueron expulsados de las filas del reino por motivos religiosos. Es bien conocido que estos antiguos legionarios no tan solo han traicionado sus valores sino que además han traicionado al reino al aceptar servir a los drakonianos negros y atacar a sus antiguos protegidos a cambio de cantidades ingentes de riqueza.

Como bien dijo una vez un sabio amigo llamado Gouhat, “- Es tan mercenario aquel ingeniero que estudió durante años para mejorar el mundo y terminó traicionando sus principios al construir una gran arma destructiva por dinero, como el simple soldado que solo ha aprendido a matar y ahora lo hace por dinero. Todo se resume al valor que se le otorga al dinero y a si se está dispuesto a traicionar los principios que nos rigen por él.”

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(En voz baja) El otro día me encontraba cenando con mi hermano, se llama James y es un Patriota… quería pedirle información de primera mano sobre los mercenarios, algo con lo que sorprenderos y, al final, fui yo el sorprendido… me explico una reprimenda que el mando superior de las fuerzas aéreas Patriota, había soltado a unos novatos que habían menospreciado a un mercenario que pedía alistarse en la rebelión. El Falcon, un elfo llamado Riley los agarró por el pescuezo y los reunió alrededor de una fogata… Con voz tranquila y pausada… algo nostálgica, les dijo:

“Si yo, Riley Lodaram, Falcon de las fuerzas aéreas del llamado ejército rebelde de los Patriotas, antiguo guardián de la elegida, protector de Arkann y jinete del Dragón dorado Sinary, tengo derecho a hablar sobre lo que significa e implica la vida de mercenario es porque antaño, antes de descubrir cuál era mi función y razón de existir en este mundo, yo también lo fui…

Yo era un simple teniente de la Unidad de Bípodes de combate “Centauro III” de Alorf destinados en los Desiertos Eternos. Era un idealista, alguien que había crecido entre soldados y que solo conocía aquella vida. De verdad creía en lo que hacía… los bipedistas éramos la primera línea de defensa frente a las criaturas de los desiertos eternos, éramos la florinata, la élite entrenada para combatir cualquier mal que perturbara la antigua república.

En una misión de reconocimiento por el gran cañón de Sloogh Creek fuimos redirigidos para investigar unas antiguas grutas orcas… inteligencia nos dijo que una banda de forajidos orcos estaban probando un dispositivo capaz de controlar Garlaks, la gran bestia del desierto, para lanzarlos contra aldeas. Nuestra misión era, en caso de encontrar presencia orca, sanear el territorio. La palabra sanear no era ni más ni menos que utilizar toda la potencia de fuego disponible para no dejar ni rastro de la amenaza. Solo sé que desde mi posición pude ver a una familia orca y advertir a la unidad para que abortasen antes de que el capitán anulara mi sistema de control y comunicaciones y ordenara el ataque. Incapaz de hacer nada observé atónito como los misiles de las lanzaderas acopladas al cuerpo del bípode lanzaban un infierno sobre aquellos orcos indefensos. Puenteé el sistema de control y me crucé en la línea de fuego pero ya era demasiado tarde… fui apresado a la espera de consejo de guerra.

No fui condenado pero decidí abandonar el ejército en aquel mismo momento. Tiempo después descubrí que aquel bastardo que ocupaba el cargo de capitán en mi antigua unidad tenía un negocio de explotación de las minas de Sloogh Creek y que los refugiados orcos que buscaban en el cañón su nuevo hogar perturbaban su negocio. Aquel capitán había usado al ejército para sus propios fines y se había salido con la suya. ¿Como podía creer ya en una fuerza de defensa que podía ser manejada a su antojo por un corrupto?.

Mis pasos me llevaron a Penitence, al principio todo fue bien pero pronto, los pocos ahorros que aun me quedaban se terminaron… El Whisky, el juego y los espectáculos en el gran Saloon de Penitence habían nublado mi mente haciendo que ya no quedara prácticamente nada de aquel orgulloso soldado. Un día un fanfarrón imberbe con más estatus y dinero del que merecía me encontró durmiendo en el establo del Saloon, era triste decirlo pero al menos el calor de los caballos me permitía sobrevivir a las frías noches de invierno. Aquel estúpido reconoció el tatuaje que adornaba mi brazo derecho y me hizo una oferta que no pude rechazar… por una cama y comida empecé a hacer trabajitos ilegales para aquel estúpido. Poco a poco, dejé de ser un vagabundo para convertirme en alguien bien situado y considerado dentro del mundo del hampa. Hice cosas atroces, el alcohol, el Twizzy y la cantidad de New Dollars que se abultaban en mis bolsillos me hicieron olvidar cualquier tipo de principio. Hacia cualquier cosa y trabajaba para quien fuese si pagaban lo suficiente, tenia caballos, mujeres, las mejores armas y los mejores atuendos de todo el oeste de Ansalance.

Un día me contrataron para asaltar una diligencia, no era un forajido pero al ser un mercenario me podían contratar para lo que fuese. Me encontré con el cliente quien me presentó al grupo de mercenarios con quien haría el trabajo. Eran dignos de ver, sus sombreros de ala ancha agujereados, sus armas oxidadas, salva polvos con mugre de años y vestiduras más rasgadas que las telas del viejo molino de Silver Forest… Sin duda contratar a todo aquel grupo debía haber costado menos de la mitad que pagar por mis servicios. Seguimos las indicaciones, atacamos la diligencia y recuperamos el paquete que se nos había ordenado…, en la diligencia viajaban dos jovencitas, aquellos mugrientos bastardos las apresaron y trataron de violarlas… viendo sus ojos de terror algo afloró dentro de mi… ¿Qué estaba haciendo? ¿Qué había sido de aquel idealista que años atrás quería defender el mundo? Como un rayo mis manos apartaron las alas de la gabardina empuñando las dos potentes pistolas Eagle modificadas, no tuvieron tiempo para reaccionar, en un suspiro habían caído fulminados bajo el rugido atronador de las armas gemelas. Rescaté a las muchachas, las cargué en la diligencia y sin mediar palabra abandoné el lugar… Cuando las hube dejado a buen recaudo me convertí en un mercenario itinerante, alguien a quien poder contratar siempre y cuando  estuviera de acuerdo con el trabajo y quien además se había convertido en un fugitivo para el hampa de Penitence. Había recobrado una parte de mí.

No fue hasta que conocí a Anja Brown cerca de Blackstone en New Big Hall cuando encontré mi razón de existir… un fin mayor que me permitió redimir mis pecados y encontrarme a mí mismo.

He conocido la vida de mercenario, he saboreado sus virtudes, he sufrido sus penurias pero, si una cosa he descubierto es que todos y cada uno de nosotros podemos llegar a ser uno de ellos y perdernos por el camino.

El dinero no lo es todo, pero no es fácil darnos cuenta de esta gran verdad. Pasamos toda nuestra vida buscando progresar económicamente para vivir más y mejor pero de lo que no nos damos cuenta es que se trata de una vida vacía. Muchos tratamos de encontrar nuestra razón de existir y muchos más pasan de largo su vida sin encontrar esta razón jamás.

Así que jovencitos, cuando un mercenario pida alistarse, no volváis a menospreciarle jamás. Acogedle y enseñadle porqué luchamos: Somos patriotas, defendemos la antigua republica de la corrupción del OCCULUM, y quien sabe si nuestra cruzada se puede convertir en la razón de existir de aquel pobre mercenario sin rumbo…”


Riley Lodaram

2 comentarios:

  1. Voy a montar una manifestación que bloqueará las principales vías de entrada a la ciudad y ni todas las fuerzas de Occulum lograrán disolverla hasta que nos deis una fecha de publicación para Zhenoghaia!

    Selenio.

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  2. Buenas Selenio,

    Creenos cuando te digo que a nadie nos gustaria más que a nosotros mismos que poder anunciaros una fecha en la que Zhenoghaia podrá al fin ver la luz!!! Estamos trabajando en ello y esperamos poder publicar pronto tan esperada notícia.

    Puesto que la publicación de Zhenoghaia no depende exclusivamente de nosotros, solo os podemos pedir un poquito de paciencia y aseguraros que hacemos todo lo posible y humanamente necesario para conseguirlo...

    Un abrazo y muchísimas gracias por vuestro interés.

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